viernes, 18 de diciembre de 2015

#Tesoros

Ya os he hablado de estas piezas antes pero, por su importancia, creo que se merecen una entrada de blog para ellas solas.

Cincel, raspador o cuña de Berroberria.
Además de servir para raspar pieles se utilizaba para rayar materiales más duros como el hueso o el marfil. De este modo, hacían hendiduras que les permitían romper dichos materiales por donde ellos querían. Para facilitar este trabajo podían utilizar esta herramienta a modo de cuña.
Con este útil tan completo podían conseguir, por ejemplo, fabricar agujas.
Lo interesante de esta pieza, que la hace casi única,  es el grabado de una figura de ciervo que se ve en ella. Aquí podemos imaginarnos lo que queramos: a lo mejor su dueño (o dueña) era un artista que pasó una aburrida tarde de lluvia adornando su raspador, o pertenecía a alguien especial como un hechicero, o fue un regalo especial de otra tribu....





Placa lítica
Como su propio nombre indica es una placa de piedra, es decir tiene un par de caras planas. Este tipo de placas eran herramientas que se utilizaban como percutores, machacadoras, alisadores, pulidores...
La de Berroberria está decorada con una serie de rayas grabadas de forma radial. ¿Que significado tenían estos grabados? Hay quien ve en ellos signos matemáticos, pero saber su significado real es imposible, así que os invito a que echéis a volar la imaginación...



Arpones
No hace falta explicar para que sirven. Iban unidos a un mango de madera. Se hicieron en asta de cérvido y son del mismo estilo que los encontrados en otras zonas del Cantábrico y en cuevas de Francia: redondeados y con doble fila de dientes.



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