jueves, 29 de octubre de 2015

Sabemos lo que defendemos. El hábitat prehistórico

Nosotros sabemos lo que defendemos, pero no estamos seguros si ellos saben lo que pueden destruir. Por eso nos parece necesario mostrar a grandes rasgos (no somos expertos en prehistoria) en que consiste la riqueza que queremos conservar para futuras generaciones. Hablamos hoy del hábitat.
Los hombres prehistóricos posiblemente utilizaron la mayoría de las veces lugares al aire libre para montar sus campamentos. Pero precisamente el hecho de que fueran recintos abiertos ha hecho que apenas hayan quedado pruebas de muchos de ellos y estén mejor conservados los restos de asentamientos en cuevas.
Si nos centramos en el paleolítico superior hay que tener en cuenta que fue el periodo de la última glaciación (llamada Würm) y que, por lo tanto, el frío era mucho más intenso que ahora condicionando la flora y la fauna. 



En los picos de frío más alto las especies que cohabitaban con el homo sapiens sapiens eran renos, rinocerontes lanudos, pequeños roedores de tundra y, en las zonas más húmedas de Europa occidental, ciervos. Cuando la temperatura subía aparecían caballos, cabras... además de árboles caducifolios y praderas de gramíneas. 
Los Cro-magnones que habitaron aquí contaban con la posibilidad de refugiarse en cuevas y así lo hicieron. De este modo tenían un habitáculo con una temperatura constante agradable y tan solo debían vigilar la entrada para protegerse de los animales potencialmente peligrosos.




A la hora de elegir una cueva los hombres prehistóricos valoraban que estuviera cerca de un río y, si les era posible, dominando un valle para tener controlados a los animales que pastaban por allí y que luego serían cazados. Dada la climatología (mucho más fría que ahora) buscaban lugares de poca altura sobre el nivel del mar siempre más templados que las zonas altas.
Las cuevas de Urdazubi-Urdax cumplían estos requisitos y fueron, como ya se ha dicho, un lugar donde se asentaron los Cro-magnones que nos dejaron muestras de su arte rupestre y varios objetos. Por eso nos parece importante que se protejan y no se pongan en peligro y no nos cansamos de pedir al Gobierno foral que definitivamente no permita la aplicación de voladuras de grandes cargas en el entorno de la cueva.

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